Le envié mensajeros
con gardenias, bombones
y libros de poemas; telegramas
diciéndole: te quiero,
y todos los domingos, cuando se despertaba,
hice sonar su disco favorito.
Yo creí muy romántico ocultar mi remite,
y que el desinterés una fórmula fuera
de amar refinadísima
–y quizá, dado el caso, la única posible–.
¡Qué pérdida de tiempo!
Alguien con él comparte
mis ramos, mis pasteles y mis rimas,
y no me extrañaría –puesto que son anónimos–
que encima se jactara de elegir mis envíos
y pagarlos.
Ahora cada domingo,
me sé de sobra cuándo se despiertan
y no pongo la música.
Bajo a la portería, pulso el timbre
y no paro hasta que los interrumpo.
con gardenias, bombones
y libros de poemas; telegramas
diciéndole: te quiero,
y todos los domingos, cuando se despertaba,
hice sonar su disco favorito.
Yo creí muy romántico ocultar mi remite,
y que el desinterés una fórmula fuera
de amar refinadísima
–y quizá, dado el caso, la única posible–.
¡Qué pérdida de tiempo!
Alguien con él comparte
mis ramos, mis pasteles y mis rimas,
y no me extrañaría –puesto que son anónimos–
que encima se jactara de elegir mis envíos
y pagarlos.
Ahora cada domingo,
me sé de sobra cuándo se despiertan
y no pongo la música.
Bajo a la portería, pulso el timbre
y no paro hasta que los interrumpo.
ANA ROSETTI
Había leído un par de cosas de ana rosseti y no me habían gustado demasiado, pero este poema es bonito la verdad.
ResponderEliminarUn abrazo!
Poema precioso de verdad, si quieren me arrían el gran honor de pasar por mi blog www.vidapoeticapbm.blogspot.com
ResponderEliminarMuy buen blog, pasare por el mío y dame tu opinion www.vidapoeticapbm.blogspot.com
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