La marea


A veces los amores van y vienen
como el agua a las playas y a las rocas.
Con fugaz ansiedad a veces chocan
con una realidad que les detiene.

Espejismo sin sol que se desboca
cegando la razón que no se atiene
a razones. El tiempo no detiene
las torres de cristal cuando se enrocan.

Amores que te engañan y se empeñan
en presentar recibos atrasados
pero sin desvelar su santo y seña.

Sentir de un corazón manipulado
por el caso de un tiempo que te enseña
el lado de la herida menos malo.

JAVIER RUIZ TABOADA


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