Excusatio non petita...




Dicen que la distancia hace el olvido.

Yo te digo: perdón.

Por llenarte la cama de papeles,

no saber combatirme de otra forma.

Por todos los kilómetros sin música,

de morros, los pies fríos, invierno sin planchar.

Perdóname también por las lentejas,

esta fobia a la sangre y las arañas

y la lejía y los ambulatorios.

Porque solté tu mano al desmayarme.

Nunca quise: perdón.

Perdón por espiarte los mensajes del móvil,

fisgar en tus bolsillos y cajones;

porque rompí una foto de tu exnovia.

Por los escaparates y las cursiladas

y el VIPS y los portazos. Perdóname.

Y perdona, también, a mi dentista: 

en el fondo, es su culpa. Perdónanos

si no supe morder bien.

MARTHA ASUNCIÓN ALONSO


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