Seguimos construyendo...



Si os veis cabalgando solos por verdes prados, el rostro bañado por el sol... 
que no os cause temor, estaréis en el Eliseo, ya habréis muerto. 
Hermanos, LO QUE HACEMOS EN LA VIDA, TIENE SU ECO EN LA ETERNIDAD...
Maximus Decimus Meridius


Y se fue como llevado por un soplo, suavemente y sin hacer ruido, dejando el buen sabor de boca de su sonrisa sincera o del brillo de sus ojos, de esa energía capaz de mover montañas. Él llego a nuestra vida irradiando esa luz de color amarillo de la gente especial, de la gente que pasa por tu vida y te marca para siempre aunque no la vuelvas a ver o aunque ese contacto apenas dure un suspiro. 

Capaz de descubrir entre una multitud la honestidad, la bondad y las ganas de compartir, con su afán de unir personas y voluntades, con su gran corazón. Sabía sentirnos desde lejos, sabía si había dolor o necesidad y allí estaba al instante como si una fuerza sobrenatural le teletransportara a nuestro lado.

Aprenderemos a caminar y a construir pero no estaremos solos porque el hueco en el alma está hecho, un rincón cálido y acogedor en el que César estará protegido de todo y siempre cerca.

No hay palabras... Me quedo con su gente amarilla, con sus cientos de libros para recomendar, con su visión creativa de cualquier cosa, con sus pegatinas rosas, con las fotos de sus hijos para darnos los buenos días, con sus muñecos Wazowski, con su fe incondicional en mí, con sus visitas relámpago cuando me notaba triste, con sus buenas intenciones, con su respeto por el prójimo, con sus vídeos para mis alumnos, con su sonrisa, con sus palabras de ánimo, con sus ganas de ayudar, con la energía de sus palabras atropelladas por la emoción, con su forma de hacer sentir especial a quien tenía cerca...

GRACIAS CÉSAR, POR PASAR POR NUESTRAS VIDAS Y POR UNIRNOS... TU ECO EN LA ETERNIDAD NO DEJARÁ DE SONAR...

Comentarios

  1. Gracias, Noe, por poner en palabras una buena parte de lo que es esa grandísima persona. Un beso enorme.

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