XXXVII

Escondido en silencios, estoy muriendo.
Durmiendo en la cuneta,
espero una llamada, un relámpago
venido desde el cielo, una señal
que anuncie claramente que estás viva.

Aunque no pueda verte ni bailar
contigo; aunque no pueda besar
tus labios polvorientos; aunque no
sea posible respirarte,
quisiera constatar que fuiste,
que no sólo soñé contigo.

PEPE VIYUELA

Comentarios