Inédito

Me duele la pupila

del esfuerzo por mirar

lo que vendrá del horizonte,


y esta falange sin hermana,


y la mejilla que a la intemperie

caldea racimos de promesas incumplidas.


Las palabras,

el tiempo que nos permite pronunciarlas

fuera de sitio,


el martillo y su tenacidad,


contemplar sin remedio

el despliegue de una familia

que no sabe a que juega.


Me duele la pupila

del esfuerzo por mirar

lo que vendrá del horizonte.


ÁNGEL MUÑOZ


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