Venían con lo puesto a ponerse ciegos
envolviendo (como si fuera un regalo)
una nueva forma de pobreza.
Intermediaron
con síes a medias y noes rotundos como un imperio.
En la escalera, todos íbamos un peldaño por debajo
esperando el derrumbamiento, pero nunca ocurría nada.
Nos dijeron que sus lujos eran nuestras necesidades
y envidiando el cielo, dejamos de soñar con la tierra.
Cuando nos quisimos dar cuenta no habíamos llegado a ningún sitio
y había que pagar el viaje.
En nuestros bolsillos vacíos: piedras.
No nos costó tirar la primera.
ESCANDAR ALGEET
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