No sé, yo creo que estamos hechos de carencias...




No sé, yo creo que estamos hechos de carencias.

Nos definimos mediante zapatillas vintage, fotos de besos, poemitas en servilletas. Vamos cogiendo de aquí y de allá, conformando nuestra identidad en plan contemporáneo, sin ataduras, sin tr...
adiciones, sin nostalgias más allá de las estrictamente necesarias para combinar con el traje verdemar y poder susurrarle al mundo: hoy me siento la mar de nostálgico.

Quiero decir: nuestra verdad tan sólo pasa por una selección elegante. Un festival de verano, una carrera sin salidas, un sistema operativo, un compromiso sociopolítico, cierta forma de dejarse caer sobre las sábanas, una semántica corporal para indicar que deseas que te coman la polla, una bicicleta plegable, una película con mensaje, un comentario frívolo que rebaje cuidadosamente la tensión del conjunto.

Es tan bonito vernos pasear: por algo somos nosotros quienes nos hemos elegido.

Un ratito antes, supongo, de que caiga el telón, el techo se convierta en el único interlocutor posible y, entre fotografías sobrexpuestas y camisetas-protesta, caigamos en la cuenta de que, en realidad, somos todo lo que nos falta.

Y que eso es lo que seremos el resto de nuestra puta vida.



JOSÉ MIGUEL CAMPOS (@cronopio1979)

(HOY NO DEBERÍA PENSAR EN NADA)

Comentarios

  1. "Nuestra verdad" puede ser (y seguro así es en tantos y tantos casos) la mayor falsía del resto de nuestra vida. Cosa de óptica. Y a ver cuántos siquiera lo notan..!

    Sí, en ocasiones es mejor no pensar (cómo si fuera tan simple!! yo sería feliz a pleno si me dejara de funcionar el cerebro...).

    Saludos.

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