Por si las dudas


Antes de irte, recoge mi fracaso.
Tiende al sol esta pena de no saberte conmigo.
Finge mientras sales por la puerta,
algo similar a una tragedia.
Di una frase inolvidable.
Haz ruido al bajar las escaleras,
como si lloviera en los peldaños.


Antes de irte, procura que no sea primavera.
Que no quede en las perchas,
ningún vestido con el que disfrazar tu ausencia.
Que estén abiertos los bares,
que sea cerrada la noche,
que esté apagada la luna
y no te siga mi sombra.


Intenta dejar más de una herida,
una planta sin regar,
un por si acaso en la cornisa.


No abandones mi ego en un previsible hasta nunca.
Retira todas las canciones de los azulejos del baño.
Acaba también con la bombona,
que cuando esté tiritando
grite tu nombre y no estés.


No dejes huellas, ni pelos,
ni luces, ni polvo.
No dejes hambre.
Ni boca.
Ni olor.
Ni sonrisa.


Si me dejas, hazlo de veras,
para que sepa al dejarte,
que me ha dejado la vida.


Pero si decides quedarte
y no sé de mi fracaso,
ni el sol de mi pena.
Si de la puerta hacía adentro
no se conoce tragedia.
Si cualquier cosa que digas,
me resulta inolvidable.
Si en tu pisar, los peldaños
son las teclas de un piano
y trae más lluvia tu boca,
que las nubes de Edimburgo.


Si tú decides quedarte
hasta el otoño confunde si se llama primavera.
Y las perchas de tu armario
juegan por morbo al desnudo,
mientras tu piel se pregunta,
por el color de mis sueños.


Y si se cierran los bares,
que se te abran las piernas.
Y si la noche es oscura,
que sea la luna en tus ojos
la que me robe la sombra.


No encontraré mis heridas,
regaremos con orgasmos las macetas del olvido
y no sabré si hay cornisa más allá de la ventana.


Si te quedas,
sabrán los azulejos del baño
cómo se canta en suspiros.
Y si yo grito tu nombre
por la frialdad de los grifos,
serán tus manos quienes dicten
cuánto calor necesito.


Deja tus huellas.
Tus pelos.
Deja tu luz, sopla el polvo.
Quítame el hambre a mordiscos.
Quiero tu boca y tu olor,
quiero lamer tu sonrisa.


Si te quedas bésame,
para que sepa al besarte,
que estoy besando a la vida. 


ERNESTO PÉREZ VALLEJO

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