Caminamos
detrás de la costumbre.
Prevalece
la prisa.
Con
hechos y palabras repetimos
tentativas
y pleitos,
el
discurso manido
de
vagas ataduras que conducen
a
múltiples asuntos
que
nos dejan exhaustos.
Sin
fuerzas, desvalido,
bajo
un equipamiento de flaquezas,
quisiera
proponerte un desacato:
que
por supervivencia reservemos
una
mínima ofrenda;
que
sepamos los dos perder el tiempo.
JOSÉ LUIS MORANTE
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